La eternidad

Todo es entendible, cuando uno se pone al revés; no mirando dentro de uno, sino hacia el ajeno y sus pies. Pensar lo que el otro quiere, desear el bien y ofrecer; uno encuentra al Cristo eterno, y Él resuelve lo que es. Nuestra falla está en la mente, humanamente no hacemos bien; escondemos lo divino, y no usamos el poder. Hacer mal o pensar raro, no es vivir ni es crecer; es morir y estar errado, es hundirnos en placer. La vida es agria y efímera, nuestros pasos lentos van; alegrías duran poco, pero más la eternidad.