Detrás de la luna, estabas anoche;
Mis ojos centellas, miraban tu luz.
No había en sí frío, el clima era tibio,
Y el manto nocturno, bailaba en Orión.
Tu risa era amplia, mi cuerpo un tormento;
Quería abrigarte, y hablarte de amor.
Pero llegó un rayo, de Marte o de Venus;
Y como una flecha, mi sueño acabó.
Solo fuiste un sueño, de luna soltera;
Te vi en cada estrella, te amé hasta las dos.
Walter Daniel Tomeo
(Poema original inédito)