Contingencias Nocturnas

Quieta la noche, Aparentemente, La hora va y corre; A dormirme otra vez. Hay quejas brotadas, Que han quedado sin bosque, Y otras ocurrencias; Que me imploran la piel. El hombre perfecto, Ya no es nadie ni es nada, Una bofetada; Duele menos que él. Y entre mis libretas, Ya no hay letras mezcladas, Mi pluma enojada; Ha tachado a su ser. La luna embobada, Dice que es madrugada, Me grita de lejos, Que me vista de miel. No soy una abeja, Ni una ardilla en la rama, No hay fuerza que valga, Si el amor se hizo hiel. Walter Daniel Tomeo Sept 11-2022