Quizás nadie ha visto,
A las sombras brillar,
Quizás nadie quiso;
Buscarme y llorar.
Soy un alma sin destino,
Que no escucha al corazón,
Ya que el mismo está sellado;
Por un ser de poco amor.
Y si me levanto,
Queriendo orillar,
Me siento en el llanto;
Que escucho al pensar.
Vientos desalmados,
Bañan mi existir,
Nadie sabe el tiempo;
Que el dolor logró existir.
Y todos parecen,
Pasar sin mirar,
No aplauden ni opinan;
Evitan estar.
Más yo aquí en mi hueco,
Sin luna y sin sol,
Recojo propinas;
A cambio de amor.