No hay mirada en el futuro,
ni hay deseo en el ayer,
aveces todo es tan grisáceo,
que es difícil de entender.
Y el momento se vuelve ocio,
y el silencio no ve al edén,
el romance no quiso a un socio,
y el instante se abrió al desdén.
Pestilencia sentimental,
que abriga al cuerpo desarmado,
guardo mi alma en un cristal,
para ese amor que no ha cruzado.
Y en mi trébol 🍀 de cuatro hojas,
pongo sueños a flor de piel,
y en la noche del solsticio,
voy al río de agua y miel.
Septiembre 2024